Balance del segundo año

Ya dos años desde que creé Descalzos por el mundo. Bueno, corrijo, dos años y un mes. ¿Por qué presentar ahora el balance del segundo año y no el 9 de enero coincidiendo con el aniversario real?

Si miráis en la cuenta de Facebook del blog, veréis que la primera publicación es de ese día y la primera que trasladé a WordPress es del 15 de febrero. He decidido retrasar la valoración anual para que sea coincidente con esta última plataforma, que realmente es dónde publico el blog, además, de esta manera, tengo más tiempo de margen para terminar de preparar y subir los últimos artículos de viajes o escapadas.

Entrando ya en el balance propiamente dicho, no puedo estar más contenta: ni en mis mejores sueños hubiese imaginado las cifras que tengo: sólo en el primer trimestre del año 2022 tenía ya más vistas que en todo el año anterior (que incluía 11 meses de publicaciones) y, tan sólo un par de meses después ocurría lo mismo con el número de visitantes. ¡Muchas gracias!

¡Descalzos por el mundo cumple dos años! Foto de Robert Anderson en Unsplash

Evaluación de las estadísticas

En el mes de marzo, los datos muestran un incremento descomunal, tanto de vistas como de visitantes, lo que le convierte en el segundo mejor mes de la serie, por detrás de octubre. Estaba tan asombrada por esta circunstancia que llegué a pensar que había sufrido un ataque de bots, de hecho, abrí una incidencia en WordPress explicándoles la situación y me vinieron a decir, de manera bastante educada, que los números no eran preocupantes como para pensar que ese ataque había ocurrido y que no veían nada raro, simplemente, puede ser que un par de artículos se “viralicen” en una determinada web o comunidad y de ahí el incremento. No sé si las explicaciones me bastaron, el caso es que no he vuelto a tener esos números de infarto (infarto para un blog pequeño como es Descalzos por el mundo, claro), así que no estaría mal volverme a convertir en “fenómeno viral” o en “objeto de ataque de bots”.

No sólo ha sido un éxito de estadísticas desde un punto de vista global, sino que también he batido el récord de artículo más leído. Si en 2022 fue Salamanca es Nueva York, en 2023 gana claramente Gente a la que no le gusta viajar. Me parece bastante irónico que ésa sea la entrada más leída en un blog de viajes en el que, no sólo cuento mis experiencias en un destino, sino en el que animo a la gente a que viaje.

Gente a la que no le gusta viajar y que se perderá la bahía de Ha Long en Vietnam

También hay medallas para otros artículos muy visitados: Pidiendo cubatas, Verona y Rams (el valle de los carneros) tienen posiciones muy dignas.

Grandes logros en 2023

A lo largo de estos meses, cinco blogs distintos han compartido artículos míos: dos veces Cementerios de Escocia, otras dos Mi primer viaje a Ámsterdam y una vez La floración de Cieza. Gracias por fijaros en mí y compartirlo en vuestros espacios personales.

También he registrado un aumento de las interactuaciones con lectores. En uno de mis artículos sobre Egipto me escribieron para pedir consejo sobre si hacer o no ese viaje. También recibí un correo en Gmail de una lectora que comentaba y daba su experiencia respecto al artículo de Gente a la que no le gusta viajar. Gracias a las dos por poneros en contacto conmigo y dedicar ese ratillo para escribirme.

Lo que perdura desde el comienzo es el escaso alcance de redes sociales, que ha conseguido aflorar otro hecho: desde julio, prácticamente todos los meses, la mayoría de los visitantes llegan por motor de búsqueda y no por redes sociales. Esto no quiere decir que vaya a suprimir o a dejar de trabajar estos perfiles (sorry not sorry), sino que, de alguna manera que no alcanzo a comprender, con una búsqueda simple en Google (o en cualquier otro buscador), uno de los primeros resultados es uno de mis artículos.

Los cementerios de Escocia han llamado la atención

Con el plan que tengo contratado en WordPress no puedo visualizar el origen de esas búsquedas ni consultar Analytics, por lo que sigue siendo un misterio saber cómo llegan a mí. Mientras que escribo esto, no me planteo mejorar el plan, pero, por supuesto, es una opción que está ahí y es probable que, si los buenos resultados continúan, lo termine haciendo. Esto conllevaría monetizar el blog o, incluso, si llega el momento, contratar la mejora y el mantenimiento… ¡Madre mía, cuántas cosas! De momento, paso a paso, que los lectores sigan creciendo, el resto, ya lo decidiré.

Y, ahora, llegan los dos grandes bombazos del año. El primero de ellos, es haber sido designada como blog del día por la web del mismo nombre. Me postulé yo misma en mayo y en octubre me llegó la buena noticias: había ganado el premio.

Consistía en ser mencionado con este premio y que te hicieran y publicaran una entrevista sobre tu blog. Me hizo muchísima ilusión ganar algo así, que valoren la cantidad de trabajo y de tiempo invertido, sobre todo en blogs más “manuales” y que tenemos pocos seguidores y/o visibilidad.

Una vez más, gracias Blog del día por el premio.

El otro bombazo viene de la mano de Spain travel bloggers. Se trata de una asociación de blogueros de viajes que publicamos en español. Son ya muchos los blogs que forman parte de ella y, con más vergüenza que otra cosa, pedí el ingreso y ¡me aceptaron!

Como carta de presentación hay que escribir un artículo y te hacen una entrevista. No quería quedar mal y no sabía por dónde empezar a escribir, así que decidí liarme la manta a la cabeza y presentarme como viajera. De ahí salió Mamá, quiero ser artista viajera, que podéis encontrar publicado en la web de Spain travel bloggers y en mi propio blog. La verdad es que quedé muy satisfecha con el resultado.

Aspectos negativos en el 2023

No todo ha sido bueno: he tenido algún que otro sustillo en la cuenta de Facebook ya que han sido tres veces las que han intentado hackeármela. La primera, con la típica notificación de “te han amenazado con bloquearte el perfil” y, desde donde venía, no había información alguna. Gracias al testimonio del blog Algo que recordar en el que contaban su experiencia y a que la denuncia y de quién venía me olía a chamusquina, fui yo la que lo denunció en la propia plataforma y, unos días después recibí el correo de confirmándome que se trataba de un perfil falso. La otra ocasión fue a través del hackeo del perfil de un grupo de música, con fines bastante similares y que el propio grupo alertaba de la situación. Por suerte, todo acabó aquí, aunque confieso que pensaba que sólo se hackeaban cuentas importantes y con muchos seguidores… La tercera, más de lo mismo sobre una hipotética violación de derechos de autor.

Otro aspecto negativo que me gustaría remarcar es el alcance en redes sociales, especialmente el de Facebook. Hablaré de este tema, como uno de los retos que me he propuesto para este año.

Mejoras que he introducido

Os podéis imaginar que mantener un blog requiere mucho trabajo que no se ve y, pese a que sean tareas fáciles o que lleven pocos minutos, la acumulación sí que quita tiempo. Si sois lectores habituales y observadores, desde la vuelta del verano decidí añadir en las fotos una marca de agua. Todo vino por un story de Instagram de Jairo y Claudia de Viajar por Filipinas en el que acusaban a un determinado blog de plagiarles contenido y amenazaban con una denuncia si no lo retiraba. Todo esto me dio que pensar. Un blog conocido y muy asentado tiene posibilidades de ser plagiado por el hecho de que se le presupone un contenido de calidad. Mi blog es pequeño y nada conocido, lo que me lleva a dar por sentado que nadie me va a copiar. No me quedé tranquila hasta que no me di de alta en una web que chequea posibles plagios (por suerte, ninguno de mis artículos lo estaban) y decidí añadir la marca de agua en mis propias fotos. Por lo menos, ponérselo un poquito más complicado a los que optan por el camino rápido.

Crear una marca de agua y añadirla a una foto no es una tarea ardua. Utilizo Publisher, una aplicación de Windows que viene instalada en los ordenadores. No es difícil y apenas lleva tiempo, pero todo suma…

Las fotos del viaje por Mongolia ya incluyen la marca de agua

Otra mejora llevada a cabo es la ampliación del índice, así como de eliminar la categoría de Consejos, que se había quedado estancada y no aportaba nada. He crecido más de lo que esperaba y creo que las categorías se me quedaban pequeñas, así que he desdoblado esa categoría principal en Peripecias y Reflexiones y miscelánea viajeras.

Ser blog embajador de Spain Travel Bloggers vino de la mano de una pregunta que me sonó a chino cuando les mandé mi primer artículo: “¿no usas subtítulos H3?”. ¿Subtítulos H3?

Tras una búsqueda en Google vi que se trata de unos encabezados que estructuran textos, dan claridad, separan temáticas y ayudan a los buscadores. Los introduje en los artículos que me quedaban por publicar y los tengo en cuenta en los que estoy escribiendo; para los ya publicados, los voy revisando para ponerlos.

Hubo “otro peaje” que tuve que pagar para entrar, totalmente voluntario, eso sí. El canal de comunicación principal es X, así que me aconsejaron que me crease una cuenta. Nunca he tenido perfil en X ni en Twitter, por lo que se trata de una red social ajena a mí. La abrí un poco a regañadientes, porque quería estar informada de los movimientos y publicaciones, así como tener más visibilidad e interactuar con otros blogueros de viaje. La acogida fue muy calurosa y el balance está siendo totalmente positivo, aunque sí, gestionar el perfil, estar pendiente de notificaciones y de publicaciones de otros que se puedan comentar o compartir requieren tiempo y no poco.

Y las del último viaje por Córdoba, también

Objetivos para 2024

Dicho todo esto, uno de los objetivos que me he marcado para este 2024 es no obsesionarme tanto con las estadísticas, ya sea en WordPress, en Facebook o en X. Los dichosos algoritmos me traen por la calle de la amargura. Publico de manera más o menos constante para que me considere activa, pero el alcance y la interactuación no son todo lo satisfactorios que me gustaría. He visto en Instagram a creadores de contenido que, en muchos casos, utilizan la red social para vender sus trabajos (ilustraciones, manualidades, escritos, etc) quejarse amargamente de esto mismo. Y, si ellos, que son profesionales y es probable que tengan a un community manager o desarrollador web por detrás, tienen resultados cada vez más pobres, ¿qué no me pasará a mí?

Así que, queda por escrito: no quiero ser tan dependiente de las estadísticas, hacer las cosas como a mí me gustan, no por el simple hecho de ser más visible. El trabajo duro es muy importante y hay varias personas de mi entorno que, al meterse en la página de inicio de Descalzos por el mundo, se han sorprendido y me han regalado un “te lo curras un montón”. Gracias por los piropos, sabéis que me sacáis los colores al decírmelo.

Bulgaria fue el primer destino de 2023

El principal objetivo que me he puesto para este año es seguir trabajando en la mejora del índice y añadir subcategorías dentro de Peripecias, para que los artículos queden divididos por continentes. En función del tiempo que me lleve y los cabezazos contra la pared que me tenga que dar, dividirlo otra vez por países queda pendiente

Quiero aprovechar para dar las gracias a las personas que pacientemente habéis contestado a mi entrevista viajera y es muy probable que hayáis soportado estoicamente las veces que os he preguntado si la teníais ya. Por suerte, he podido cumplir con mi objetivo de publicar una cada dos meses, sin embargo reconozco que es difícil porque, pese a que mucha gente se muestra dispuesta a hacerlo, no vuelvo a tener noticias de ellos. Espero poder seguir manteniendo esta sección y que no se convierta en algo puntual. 

Hasta aquí, una valoración del último año del blog. En resumen, no puedo estar más contenta, cruzando los dedos para que el 2024 sea, por lo menos, igual de bueno, aunque sé que será complicado. Ahora, voy a hacer un breve repaso a los viajes del año con todos los vínculos de artículos que he publicado.

Los viajes de 2023

El primer viaje vino en abril, durante la Semana Santa. El destino elegido fue Bulgaria. Yo había estado anteriormente en Sofía y la encontré muy cambiada, se notaba la llegada de los Fondos Europeos y de turistas, no obstante, no se puede decir que el turismo en este país sea masivo y, sinceramente, se agradece.

Hicimos una ruta en forma de elipse desde Sofía hasta Nesebar, en la costa del mar Negro. He tocado los confines de Europa. Pasamos por monasterios ortodoxos, Plovdiv, la ciudad europea habitada de manera continua más antigua o por Koprivshtitsa, un pequeño pueblo de montaña, con una importancia crucial en la historia búlgara.

Sólo fue una semana y se me hizo corto, me hubiese gustado dedicar más tiempo a algunos lugares y haber visitado otros que se quedaron pendientes.

Regreso a Sofía 15 años más tarde

El gran viaje del año fue a un destino muy peculiar, desconocido y diferente: Mongolia. Aunque me gustaría conocer todos los países, Mongolia no estaba en mi listado de imprescindibles o de ir lo antes posible, pero imaginarme esos espacios naturales, un país que no conoce el turismo masificado y que está por descubrir, me llamaban poderosamente la atención. Lo que me terminó de decidir es que en las fechas en las que me cogía vacaciones se celebraba a lo largo de todo el país el naadam.

Mongolia, el país de los paisajes infinitos

Para cerrar el verano, conseguimos rascar unos días y fuimos a descubrir la gran capital europea permanecía pendiente: Viena. Confieso que no era mi primera opción, pero por designios del destino y por los prohibitivos precios del alojamiento en Londres, acabamos en la capital austriaca con excursión incluida a la vecina Bratislava. Insuperable.

Viena, el Barroco hecho ciudad

A comienzos de septiembre tuve la oportunidad de volver a descubrir Barcelona con dos amigas. Hacía 11 años de mi anterior visita y tocaba renovar los votos y Barcelona nos recibió con los brazos abiertos, buen vermut y todo su encanto modernista.

Renovando votos con Barcelona

Y, como colofón, en el puente de diciembre visitamos Córdoba. Nuestra primera vez en la ciudad… ya nos vale. Aunque nunca es tarde si la dicha es buena.

La belleza de Córdoba

El año bloguero y viajero me parece inmejorable. ¡A por el 2024!

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