El viaje de sus vidas: road trip por la Ruta 1 de EE.UU.

Volvemos del verano con una película que me ha inspirado para viajar, tanto figurada como metafóricamente, de una manera muy bonita, aunque también muy cansada. Un road trip a través de la vida, en compañía de tu pareja, que dura varias décadas y también un road trip por la Costa Este de EE.UU. La película es El viaje de sus vidas (Paolo Virzi, 2017).

Cartel promocional de la película.

John y Ella son un matrimonio de jubilados que deciden dejar a sus hijos y a sus médicos plantados, se cogen su antigua autocaravana y se van a recorrer la Costa Este, a través de la Ruta 1, como hacían muchos años antes, cuando sus hijos eran pequeños y se iban de vacaciones familiares.

John tiene fuertes pérdidas de memoria y se desorienta con facilidad y Ella vive pendiente de unas pastillas, además de cuidar a John, en esos momentos en los que es tan vulnerable. Por supuesto, nada es fácil, ni en este viaje, ni en el viaje de su vida juntos, pero ¿alguien ha dicho que la vida sea fácil?

El argumento de la película se centra en la historia de John y Ella, el decorado no importa. Da igual por donde pasan porque es intercambiable por cualquier otra ruta que se pueda hacer en ese país, sin embargo, se menciona una sola vez en toda la película, lo suficiente como para que vaya a buscarlo en internet: Ella y John quieren hacer la Ruta 1 desde Boston hasta Key West. ¿La Ruta 1? ¿Qué es la Ruta 1?

La Ruta 1 de EE.UU.

De la única ruta de la que había oído hablar en este amplio país es de la 66 y, sinceramente, no me había parado a pensar que era probable que existiese una 65 y una 67 y, por lo tanto, una 1.

Para saciar mi/vuestra curiosidad viajera, diré que la Ruta (interestatal) 65 une Alabama e Indiana, pasando por Tennessee y Kentucky y la Ruta (interestatal) 67 une Iowa con la frontera mejicana en Texas, pasando por Illinois, Missouri y Arkansas. Y la Ruta 1 es de las que crean necesidades: con unos 3800 km de longitud, pasa por casi todas las ciudades más importantes de la Costa Este de este país, en un camino muy cercano a la costa (sobre todo en la mitad norte) y uniendo Fort Kent (Maine), en la misma frontera con Canadá, y Key West (Florida) donde, si das un paso más, caes al mar Caribe. Casi nada.

Mapa de la Ruta 1 (marcada en rojo). Fuente Nick Nolte, Wikipedia Commons

Algunas de las ciudades que visitaríamos son Miami, Jacksonville, Augusta, Richmond, Washington DC, Filadelfia, Nueva York, Providence o Portland, y por mencionar tan solo unas pocas. ¿Soy yo o alguien más tiene unas ganas irrefrenables para informarse y planteárselo como destino en un próximo viaje?

De ruta por la Ruta 1 de EE.UU.

He encontrado muy poca información en español sobre esta ruta en concreto. Hay mucha sobre la Costa Este, dividida en distintos tramos, pero no he encontrado nada que diga “yo he hecho la ruta 1 de EE.UU.” al contrario de lo que pasa con la 66.

La búsqueda de información, entonces, tendrá que ser en inglés, porque estamos ante un recorrido muy apetecible y el idioma no nos echa para atrás.

Si se hiciese del tirón, necesitaríamos 24 horas, no obstante, no hemos cruzado el Atlántico para demostrarnos a nosotros mismos que podemos atravesar de Norte a Sur el país en un solo día. Vamos a hacer unas cuantas paradas viendo lo que nos parece más interesante.

Empezamos por Maine, un estado que asociamos al frío y al cambio de color en los árboles durante el otoño. A lo mejor no es mala idea hacerla en esta época del año. No sólo veremos paisajes, sino que nos encontraremos con playas desiertas, faros que piden a grito una foto, pueblos de postal o el Parque Nacional Acadia.

Faros que enamoran en Maine. Foto de Stephen Walker en Unsplash

Seguimos por New Hampshire, donde nos da la bienvenida Portsmouth, una de las ciudades de finales del siglo XVIII que más encanto tiene. Al estar en una zona histórica, hay otras poblaciones que pueden llamar nuestra atención, como Concord o Conway, así como parques nacionales, para desconectar.

Nos espera Massachusetts, con Boston a la cabeza, una de las ciudades más bonitas y con más historia del país, pero también, y desviándonos sólo un poco de nuestro camino, Salem, Cape Cod, Martha’s Vineyard, Nantucket o Plymouth. ¿Cómo puede haber tantos lugares de interés en un estado tan pequeño? A ver si vamos a tener que organizar otro viaje sólo para conocer los puntos que merecen la pena de Massachusetts…

Sabiendo que volveremos, nuestro camino continúa por Rhode Island, aunque por aquí pasa muy poco trayecto. Sin embargo, nos hemos propuesto ver, al menos, un lugar de cada uno de los estados y, dado que fue el primero en independizarse de la Corona Británica y uno de los estados originales, no lo podemos pasar por alto. En The Ocean State nos esperan las dos ciudades más importantes, Providence y Newport. Hay que tener cuidado porque varias ciudades de la zona se llaman de la misma manera. Ciudades pequeñas, que se recorren fácilmente a pie, no demasiado conocidas para el gran público, a lo mejor no deslumbran, pero conocer esos lugares que no están en boca de todos también se agradece. Más información sobre este pequeño estado en este vínculo.

Nuestro camino sigue por Connecticut, el estado más meridional de Nueva Inglaterra. La famosa Universidad de Yale tiene aquí su sede, New Haven presume de museos de primer orden, además de unos bosques y granjas en el interior que hacen soñar con misticismo de una vida rural o la histórica villa de Hartford, donde se ubica la Casa de Mark Twain.

Naturaleza increíble en el estado de Connecticut. Foto de Christopher Luther en Unsplash

Llegamos a uno de los platos fuertes: Nueva York. No sólo la ciudad de las ciudades, aquella a la que todo urbanita debería ir, al menos, una vez en la vida. Como buen estado de contrastes, también encontramos granjas, bosques, los Hamptons, esos pueblos que suenan a veraneo de ricos, o las cataratas del Niágara. Nos estamos desviando, centrémonos que abandonamos la Ruta 1.

Seguimos por Nueva Jersey, quizás menos conocido que su vecino del norte, aunque con puntos interesantes esperándonos. Por un lado, nos podemos acercar a la otra orilla del Hudson y tener unas vistas del skyline neoyorkino de los que quitan la respiración; a Cape May, una de las mejores playas de la zona; derrochar dinero en los casinos de Atlantic City o caminar sin prisas por The Pine Barrens, uno de los mayores bosques de pinos de la costa atlántica. Y no nos podemos ir sin visitar Pricetown, sede de una de las universidades más prestigiosas del mundo.

Entramos en Pennsylvania, donde no dudamos en parar en Filadelfia, ciudad con un papel clave en la independencia de EE.UU. Otros lugares interesantes son el Parque Militar Nacional de Gettysburg; Lancaster, conocida por el condado amish; la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright; la cueva de Penn’s Gate, que se recorre en barca; el Museo de Andy Warhol o el Parque de Ricketts Glen, considerado Monumento Natural Nacional. Y sólo por mencionar unos pocos…

Philadelphia, en Pennsylvania. Foto de Leo SERRAT en Unsplash

La Ruta 1 pasa de refilón por Washington DC, por tan solo 11 km. Imposible no en parar en la capital y visitar el Monumento a Lincoln, decidir qué museos se visitan en el Smithsonian Institution o ver los distintos memoriales de las guerras.

Continuamos hacia el sur llegando a Virginia y entrando también en territorio sureño o Dixie. Aquí podemos visitar la casa de George Washington o la de Thomas Jefferson, que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, visitar las cuevas de Luray Caverns, de hasta 10 niveles de altura subterránea, pero también podemos darnos a la buena vida y hacer una cata de vinos en el Condado de Loudoun o desviarnos hacia el Parque Nacional de Shenandoah en una de las rutas más espectaculares del país. 

Seguimos nuestro trayecto hasta llegar a Carolina del Norte, donde nos reciben Charlotte, su ciudad más poblada, o Wilmington, una pequeña ciudad costera. Sin embargo, lo que más llama la atención de Carolina del Norte son sus parajes naturales con las Blue Ridge Mountains, o Cordillera Azul, o las islas Outer Banks, un conjunto de islas que cubren la mitad de la costa de este estado.

Y de Carolina del Norte llegamos a Carolina del Sur, donde se ubica Charleston, una ciudad que tengo en mente desde hace ya unos años. Aún no sé cómo llegué a unos de los hilos de Los Viajeros donde una persona recomendaba encarecidamente visitarla. Apuntada. Ciudad histórica, con mansiones deslumbrantes, aunque construidas con el dinero conseguido por el lucrativo negocio de la esclavitud; aquí se originó la Guerra Civil. También me parece de vista obligada el Old Slave Mart Museum, donde se producían las subastas de esclavos a puerta cerrada, ya que las subastas públicas habían sido prohibidas.

El encanto sureño de Charleston, Carolina del Sur. Foto de Terry Granger en Unsplash

En Carolina del Sur también podríamos visitar alguna plantación histórica, que funcionan como granjas y museos, o visitar alguno de sus parques estatales, como Table Rock, Devils Fork o Dreher Island.

Llegamos a Georgia, muy cerca ya de nuestra meta. Justo en la frontera, se encuentra Augusta y, haciendo un pequeño desvío de la Ruta 1, y ya llevamos unos cuantos, visitar Savannah merece la pena. Una de las ciudades más populares del país, ya que la tranquilidad, la historia o la belleza de sus parques, calles y plazas se respiran a cada momento. Si nos desviamos aún más, llegaremos hasta Atlanta.

En Georgia también podemos visitar Providence Canyon o el parque estatal de Tallulah Gorge.

Y por fin llegamos a Florida, aunque todavía tenemos unos cuantos kilómetros por delante antes de llegar a Key West.

La primera parada sería Jacksonville, típica ciudad sureña con un centro histórico por el que merece dar una vuelta. Paramos también en San Agustín, la ciudad europea más antigua de EE.UU., manteniendo su arquitectura colonial y una historia muy ligada a España.

Desde aquí, hasta llegar a Miami, tenemos una sucesión de playas con nombres muy sugerentes, además de conocidos: Daytona Beach, Melbourne o Palm Beach. Y llegamos a Miami, ciudad totalmente cosmopolita en la que podremos ver los edificios Art Déco de Ocean Drive, el ambiente cubano de Little Havanna o los grafitis de Wynwood Walls.

¡Y por fin llegamos a Key West! Se trata de la isla más al sur de la península, a tan solo 150km de Cuba. Nos están esperando casas de madera de estilo sureño, playas de agua cristalina y muchísima paz…

Seven mile bridge, en Key West, Florida. Foto de Chase Baker en Unsplash

Creo que el recorrido que acabamos de hacer no está nada mal, sin embargo, al comparar el mapa con la información de interés de cada uno de los estados, nos hemos desviado muchísimo, por lo que para ceñirse a la Ruta 1 habría que eliminar muchas de estas visitas o, si no, optar por un trazado algo más libre.

Otros roads trips

Creo que EE.UU. entra directamente en la categoría de “países que invitan a hacer un road trip”. Y, si miramos por internet, tiene muchísimas opciones que son de lo más apetecibles.

En primer lugar, la archi famosa Ruta 66, la ruta madre, que está en el imaginario colectivo de muchos a los que nos gusta viajar. 

Otro de los más demandados es la Pacific Coast Highway, la imagen en el espejo de la Ruta 1, ya que sigue la costa pacífica del país, desde Seattle, en el estado de Washington, haciendo frontera con Canadá, hasta San Diego, en California y tocando Méjico.

Hay otras, bastante menos conocidas, que llaman poderosamente la atención, quizás por la romántica idea de estar solos en la carretera y que invitan a soñar despiertos.

Una que me ha gustado es la Oregon Trail, que une las dos costas por el norte del país, desde Portland, en Oregon, hasta Cape Cod, en Massachusetts, y visitando lugares tan conocidos como Yellowstone, el Monte Rushmore o las Cataratas del Niágara.

La costa de Oregon, desde donde comienzan muchos roads trips. Foto de Shakti Rajpurohit en Unsplash

Otra manera de conocer esta parte del país es en otra ruta, la Gran Ruta del Norte, algo más larga, eso sí, y que nos haría viajar entre Seattle y el Parque Nacional de Acadia, siempre muy cerca de la frontera canadiense y parando en lugares como el Parque Nacional Glacier, Devils Lake, en Dakota del Norte, o el lago Superior, en Wisconsin.

Continuando con lugares desconocidos, la llamada Carretera a ninguna parte, la US-83, es una de las más largas, con más de 3.000 km que esperan a ser recorridos. Comenzando en Waethope, Dakota del Norte y terminando en Brownsville, Texas, y haciendo paradas en lugares como el Memorial de Toro Sentado, en Dakota del Sur, Liberal, Kansas, donde se celebra un festival dedicado al Mago de Oz, o San Antonio, Texas.

¿A alguien más se le están ocurriendo muchas ideas de vacaciones? Por si ayuda, comparto esta web en la que se ofrecen muchas ideas para un road trip en EE.UU. y, mientras que cogemos impulso para preparar uno, nos contentaremos siguiendo la autocaravana de John y Ella a lo largo de la costa atlántica.

Como en anteriores ocasiones, os comparto la crítica de la película en Filmaffinity.

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