¿Tenéis cuenta de Instagram? Yo tengo una personal desde hace varios años y, la experiencia y mi edad, me permiten ser crítica con esta red social, aunque, tengo que reconocer que, desde mi punto de vista, tiene aspectos positivos.
En los próximos días, me gustaría hablar de puntos que encuentro positivos y negativos que he ido descubriendo, desde la temática de los viajes, que es la que tratamos en Descalzos por el mundo. Empecemos por los primeros.
Es evidente que, al ser una aplicación basada en fotos y, por lo tanto, muy visual, encuentres lugares o rincones de tu ciudad que no conocías, de un sitio al que te gusta ir o de las próximas vacaciones que vas a tener. No te limitas sólo a las recomendaciones de una guía o un artículo, sino que vas a aquellas zonas más alejadas o menos turísticas que pueden tener el encanto de la autenticidad. Por no hablar de los destinos que no aparecían en nuestro radar y que se meten de lleno en los primeros puestos de nuestra lista de pendientes.

Otro aspecto que, para mí, ha sido positivo es aprender a hacer mejores fotos. La gran inmensa mayoría de las que hago no las publico, sino que son para “consumo propio” pero, de tarde en tarde, me siento a revisarlas y me gusta ver que hay algunas que son más o menos buenas, que he captado un buen ángulo o un determinado momento. Eso antes no ocurría, simplemente miraba por el visor y le daba al botón. Cuántas tengo desenfocadas o que no aportan nada. Menos mal que he ido mejorando con el tiempo…
Y, no sólo hemos aprendido a hacer fotos, sino a también a posar en ellas. Y no me refiero al postureo artificial, sino a salir bien. Nos colocamos, tenemos claro lo que queremos que se vea. La de fotos que hay mías con los ojos cerrados, mala cara o planos cercanos con la torre Eiffel (por ejemplo) de fondo (¿por qué no iba a querer que la torre Eiffel sea también protagonista?) Y, de la misma manera que tengo fotos así, también las he hecho yo… En las que salgamos haciendo el tonto, que sea porque lo hemos decidido así. Empiezo a tener la impresión de que, con las cámaras analógicas, salíamos mejor, como sólo había una oportunidad…

Instagram es una red social que nos permite seguir cuentas temáticas y a mí me gustan mucho las de viajes (obvio, ¿no?). Gente que es viajera profesional (¡me muero de envidia!) o que se lo ha sabido montar muy bien con escapadas frecuentes (¿de dónde sacan tanto dinero? y, lo que es más, ¿me contratan para que les lleve la maleta?). En cualquier caso, es una fuente estupenda de inspiración para nuestras próximas vacaciones, ver el lugar en sí, obtener un listado de recomendados de primera mano.
Y, este aspecto, me lleva al siguiente punto: soñar despiertos. En una época como la que estamos ahora es muy importante la salud mental, encontrar esos momentos de desconexión de la rutina y, a mí me ayuda ver fotos de lugares lejanos o no tanto que me permiten imaginar unas vacaciones, que me hacen interesarme por un lugar.

Y vosotros, ¿tenéis cuenta de Instagram? ¿Qué aspectos positivos encontráis? ¡Seguro que me he dejado unos cuantos!
Descalzos por el mundo no tiene cuenta en esta aplicación por una falta de tiempo para gestionarla y porque a mí lo que me gusta es escribir y ésta no es una aplicación para la literatura.
Para que nos riamos un rato, ilustro esta entrada con algunas fotos de mis viajes antes de tener cuenta en esta red social y que van en contra de todos los mandatos de publicación.
1 Comment