Cuando visité Menorca, fueron varias personas las que me dieron el sabio consejo de alojarme en Ciutadella. Yo, que no conocía la isla, opté por hacerles caso y no me arrepentí en absoluto, por varios motivos: las mejores playas quedan más cerca de Ciutadella y, sobre todo, porque Ciudadela, Ciutadella en catalán, es una ciudad preciosa, una auténtica sorpresa que sigo recordando y que he recomendado a varias personas.
Merece la pena dedicar un día a conocerla y voy a hablar de los principales puntos de interés y a hacer un repaso por su historia.
Brevísima historia de Ciutadella
Habitada desde época pretalayótica, tras la conquista de Menorca a manos de Alfonso III en 1287, Ciutadella adquirió el nombre que hoy mantiene, dejando atrás los distintos nombres que le habían dado los distintos pobladores que por allí habían pasado (Jamma, Nura o Minerva, entre otros).

En 1558 una flota turca atacó, saqueó e incendió la ciudad y secuestraron a unas 4000 personas que fueron llevadas a Constantinopla. Cuando la ciudad comenzó a ser reconstruida, volvió a ser atacada en 1646, esta vez, por la peste, un enemigo invisible.
Más tarde, ya en el siglo XVIII, la dominación británica trajo consigo la decadencia, lo que la llevó a perder la capitalidad en beneficio de Mahón, que sigue manteniendo, junto con la Sede del Consejo Insular.
En la actualidad, es el municipio más poblado de Menorca y viven cerca de 32.000 personas.
Plaza del Born, la entrada al centro histórico
Nuestro primer contacto con el centro de Ciutadella fue la Plaza des Born, puerta de entrada al centro histórico, presidida por un obelisco del siglo XIX y por el Ayuntamiento, además de otros edificios como el Teatro des Born, el Palacio Torre- Saura, el Palacio Salort o la iglesia de San Francisco.
El Obelisco a la Memoria es de 22m de alto y conmemora la resistencia y posterior derrota de la ciudad a manos de los turcos en 1558.
El Palacio de Torre- Saura es de los más impactantes de la Ciudad, no sólo por su enorme tamaño, sino porque son muy buen ejemplo de arquitectura neoclásica civil. Cuando estuve en Menorca, estaba cerrado, sin embargo, veo que en la actualidad está abierto al público y funciona como museo, en el que se exhiben distintas obras de arte, mobiliario o piezas decorativas pertenecientes al Condado de Torre- Saura.

Si estáis interesados en visitar el Palacio de Torre- Saura, os comparto la web de Talaia Cultura con más inforamción del palacio y datos prácticos para su visita.
El Palacio Salort data del siglo XVIII y su fachada neoclásica tiene un esquema muy parecido a la fachada lateral de la Lonja de Barcelona. Este palacio también está habilitado como museo, de un estilo más clásico que el de Torre- Saura.
Para saber más del Palacio Salort y tener información práctica, os comparto la web oficial.
El edificio del Ayuntamiento tiene su origen como estructura de mando y data de la presencia musulmana en la isla, que construyeron una fortaleza y, tras distintos usos, comenzó a emplearse como ayuntamiento en 1925.
La iglesia de San Francisco es la segunda más espaciosa de Ciutadella y la fachada fue terminada en 1808 y pagada por el Conde de Torre- Saura.
Uno de los puntos que más me gustaron de la Plaza del Born es el mirador des Bastió des Governador, justo al lado del Ayuntamiento, desde el que se tienen unas vistas de escándalo del puerto.

Por cierto, imposible no mencionar el Bar Imperi y sus espectaculares bocadillos. ¡Nuestra comida diaria en la playa!
Centro histórico de Ciutadella
Los palacios de Torre- Saura y de Salort están separados por la calle Major des Born y es por aquí por donde empezó nuestra visita al centro histórico.
Según vamos avanzando por esta calle, es imposible que no lo hagamos lentamente, fijándonos en todos los edificios. Desprende encanto por los poros. Como si tuviésemos todo el tiempo del mundo llegamos a la plaza de la Catedral que, como su nombre indica, encontramos la catedral de Santa María.

Extremadamente sobria, no demasiado alta, gótica, de piedra clara. Alfonso III la mandó construir, sobre una antigua mezquita, tras la conquista de la isla y las obras se llevaron a cabo entre los siglos XIII y XIV.
Este templo tan pequeño ha experimentado varias calamidades, desde la destrucción del mobiliario litúrgico por el ataque de los turcos, hasta el derrumbamiento de parte del edificio en 1626 o el saqueo en 1936. Ya, en el siglo XX, ha pasado por distintas obras de mejora y rehabilitaciones.
En el interior, destaca la capilla barroca de Ses Ànimes, o de Las Almas.
En la pequeña plaza de la Catedral hay otro punto que creo que merece la pena, la casa señorial Can Olivar. Construida a finales del siglo XVII, tras la remodelación 100 años más tarde, adquirió el estilo neoclásico que podemos ver en la actualidad. Como en el caso de los palacios Torre-Saura y Salort, Can Olivar está abierta como museo, aunque he visto en algún sitio que está cerrada temporalmente.
Para mayor información de Can Olivar, os comparto la web de Talaia Cultura.
Nuestro camino continúa, salvo que ahora estamos en la calle Josep María Quadrado o Ses Voltes. Soportales, comercios de todo tipo, gente paseando o bares no en vano es el principal eje comercial de Ciutadella. De esta manera, llegamos a Es Be, una pequeña estatua de un cordero que lleva la bandera de Ciutadella, todo un símbolo en la ciudad.

Al final de la calle, llegamos a la Plaza Nova, una de las más conocidas y llena de terrazas y donde nos sentamos más de una vez.
El centro histórico de Ciutadella es mucho más que recorrer en ambos sentidos Major des Born y Ses Voltes, sino que, la belleza y el encanto auténtico están en las callejuelas que van saliendo a ambos lados. Paseando, mejor que caminando, se pueden ven edificios con mucha historia en sus piedras, fachadas espectaculares, casas señoriales e iglesias.
El camino te terminará llevando a la Casa del Baró de Lluriac, el palacio más antiguo de Ciutadella y datada en 1607; el Palacio Squella, de estilo barroco; el Convento de San Agustín, que sigue con uso conventual y que alberga el Museo Diocesano; o Can Saura, una joya del barroco civil menorquín que se ha convertido en el museo de la ciudad.

No nos podemos olvidar de la iglesia del Roser, de la que se dice que tiene la fachada más bonita de la isla. Construida en piedra del marés (característica del archipiélago balear), entre los siglos XVII y XVIII, con una torre campanario del XIX, aunque lo que destaca, obviamente, es la fachada. El edificio se utiliza como sala de exposiciones y se celebran actos culturales. Por cierto, las vistas de la iglesia del Roser y la catedral de fondo son magníficas.
Otros puntos de interés en Ciutadella
Imposible visitar Ciutadella y no pasar por el puerto. Como decía, para mí, desde donde mejor se ve es desde la alturas, en el mirador situado al lado del Ayuntamiento. Se puede acceder rápidamente por la Baixada de Capllonc. La zona está llena de restaurantes, bares y comercios que, en temporada, lo raro es encontrarlos cerrados.
El escenario no tiene nada que ver durante el día o la noche. Con la luz diurna, se puede pasear más tranquilamente y hacer fotos; por la noche, está más lleno de gente y, al mismo tiempo, de vida. Eso sí, si tienes pensado cenar aquí, reserva con mucho tiempo.

Nosotros caminamos hasta el final del paseo des Moll y cruzamos al otro lado donde las vistas nocturnas de la ciudad iluminada son muy bonitas.
Otro lugar que me parece muy interesante en Ciutadella es el Mercat des Peix, o mercado municipal, situado en la plaza de la Llibertat. La plaza está porticada, llena de restaurantes y, justo en el centro, el mercado. Pequeño, de una sola planta, parece un kiosquillo decorado con azulejos blancos y verdes.

Se puede comprar pescado fresco y en algunos de los restaurantes colindantes te lo preparan, aunque no es obligatorio llevar tu propio pescado, ya que disponen de carta.
Además, en el caso de disponer de tiempo, se puede visitar el Convento de San Agustín, de los siglos XVII y XVIII, y que parte del edificio sigue destinado a la vida conventual. En su interior está el Museo Diocesano de Menorca y un claustro de unas dimensiones considerables que luce escudos de las antiguas familias nobles menorquinas.

Por último, señalo el Castell de Sant Nicolau, ejemplo de arquitectura militar castellana, construido a finales del siglos XVII para la defensa de la bocana occidental del puerto.
Ciutadella talayótica
Parte de los yacimientos talayóticos de Menorca son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 2023.
Se trata de un conjunto de restos arqueológicos de las primeras comunidades que vivieron en la isla, entre los que destacan construcciones exclusivas como navetas funerarias, santuarios de taula y casas circulares. Hay contabilizados más de 1500 que son todo un museo al aire libre, muchos de ellos de fácil acceso y bien señalizados.
Cerca de Ciutadella encontramos la naveta des Tudons, Son Catlar y Torrellafuda y Torretrencada, además de las cuevas excavadas y con funciones funerarias en cala Morell.
La naveta des Tudons es el resto más emblemático de toda la isla gracias al excelente estado de conservación en que se encuentra, además de ser un tipo de construcción que no se ha encontrado en ninguna otra parte del mundo.
Construida hacia el año 1000 a.C. en forma de nave invertida encajando piedras de grandes dimensiones sin ayuda de mortero, durante las excavaciones se hallaron los restos de unos 100 individuos acompañados de ajuar y de unas ollas en las que se depositaban ofrendas.

Son Catlar es uno de los poblados talayóticos más grandes de la Baleares y el único que conserva intacta la muralla, de unos 900m de longitud y llegando a superar, en algunos tramos, los 3m de altura. En el interior de la muralla se conservan tres talayots, un recinto de taula y una sala hipóstila, así como otras estructuras tapadas por la vegetación.
El poblado de Torrellafuda se ubica en un bosque de acebuches y se conservan una necrópolis, diferentes casas, un recinto de taula y un gran talayot. Como curiosidad, estuvo habitado hasta la Edad Media. El poblado de Torretrencada, muy cercano a Torrellafuda, destaca por la taula.
Nosotros fuimos sólo a la naveta des Tudons, ya que no nos queríamos venir de Menorca sin haber visto, al menos, una de estas maravillas arqueológicas. Como disculpa diré que en nuestra estancia en la isla hacía mucho calor y no todos los yacimientos son de fácil acceso, por no decir que están cerrados al público en las horas en las que el sol ya ha caído y se está más a gusto. Por cierto, aconsejo acercarse a este enclave, que se ve rápido y deja buen sabor de boca.

Me parece interesante comentar que no todos los yacimientos son visitables, aunque sí la mayoría y, dentro de estos últimos, suele haber aparcamiento habilitado. En algunos que hay que pagar entrada (los precios están entre 2 y 4 euros) y hay paneles explicativos, siendo gran parte de ellos gratuitos y con horarios de apertura muy amplios.
Para una mayor información, recomiendo consultar la web de Menorca Talayótica.
Líthica: canteras, jardines y laberintos
Menorca me encantó: sus calas, Ciutadella, los atardeceres, lo bien que estuvimos esa semana de vacaciones y, si tuviera que mencionar un lugar, creo que, sin duda, sería Líthica. Desde que vi una pequeña foto en la guía que llevaba y, tras comprobar que estaba cerca de Ciutadella, no lo dudamos e incluimos este enclave en nuestro planning.
Pero ¿qué es Líthica? No sabría definirlo. Un laberinto, una cantera, un museo al aire libre, una sorpresa. Todo eso el Líthica. Como creo que esto no dice mucho y nos sigue generando dudas, mejor explicar que Líthica está situada en las antiguas Pedreres de S’Hostal, unas canteras de marés abandonadas.

Para evitar su desaparición, se creó una fundación privada sin ánimo de lucro que ha rehabilitado las antiguas canteras y las ha convertido en un espacio cultural, lúdico y natural.
Se conservan la zona de extracción manual y la mecánica que conviven en perfecta armonía con jardines, un espacio esculpido, espacios en los que se celebran conciertos o talleres y, sobre todo, un laberinto que es una pasada.
En el camino fuimos pasando por un laberinto vegetal y otro de los vergeles y un pequeño jardín medieval. Bajamos al fondo de unas canteras, nos llenamos de polvo, flipamos con el entorno y, sobre todo, disfrutamos como niños en el laberinto mineral.
Diseñado por Laetitia Lara para conmemorar el vigésimo aniversario de Líthica, se inspira en el Laberinto del Minotauro. ¿Serás capaz de llegar al centro del laberinto? ¡Yo sí pude!

Recomiendo reservarse hora y media para visitar Líthica. Eso sí, mejor compra las entradas por anticipado ya que el parking tiene las plazas limitadas y, sobre todo, lleva calzado cerrado porque ¡te vas a poner de polvo hasta las cejas!
Para más información sobre Líthica, mejor consulta su web.
Atardecer en Punta Nati
Como colofón a este recorrido por Ciutadella, dejo el atardecer en Punta Nati, un broche perfecto para el día, las vacaciones y el artículo.
El paraje natural en el que se encuentra el faro de Punta Nati parece lunar: sin vegetación, rocoso, árido, inhóspito, acaba en un acantilado vertiginoso y, además, en la zona se conservan dos refugios de la Guerra Civil.

Punta Nati es una zona muy castigada por las corrientes marinas y los vientos de la Tramontana. Debido a los constantes naufragios a comienzos del siglo XX, se decidió levantar un faro en 1912.
Tan sólo a 6km de distancia de Ciutadella, es uno de los puntos más buscados para ver atardecer, por lo que, si estás pensando en ir, ten en cuenta estos consejos: si vas en coche o en moto, llega 1h antes de la hora para asegurarte aparcar; los coches los dejan donde se puede, así que es probable que te toque andar unos 15 minutos hasta el faro. Lleva calzado cómodo y una chaqueta para el viento y, sobre todo, siéntate a disfrutar de los últimos rayos de sol del día con la isla de Mallorca de fondo.
Espero que si visitáis Ciutadella, os guste tanto como a mí.
Para más información sobre Ciutadella y Menorca, adjunto las páginas webs oficiales de Menorca- Islas Baleares, Ayuntamiento de Ciutadella y Menorca Diferente.
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