Nueva Aquitania: recorrido por Pau y el Béarn francés

Lo más seguro es que nunca hayas oído hablar de Pau, a no ser que seas aficionado al ciclismo o a la historia, o hayas estudiado Historia, vaya. Muchas de las personas con las que he hablado sobre esta ciudad, prácticamente nadie la conoce. ¿Se pronuncia Pa-u o Po? ¿Dónde está? No me suena de nada. Son algunas de las respuestas que más recibo. Así que, cuando les digo que fue una de las capitales del Reino de Navarra y que tiene una visita bastante maja, muchos me dicen que se lo apuntan.

A tan solo una hora y media en carretera desde Irún, merece la pena acercarse por Pau y la región del Béarn. Vale que no es tan conocida como Occitania, su vecina del Este, y que las ciudades o pueblos no pueden rivalizar con Albi, Toulouse o Lagrasse, pero hemos venido a viajar y conocer, no a comparar.

Castillo de Pau, donde nació el rey francés Enrique IV

En cualquier caso, me gustaría comentar que mi relación con Pau se remonta a hace ya unos cuantos años. En mi empresa, mandaban allí a determinados empleados a hacer cursos de formación, convirtiéndose en una constante y en una conocida, más o menos, como ocurrió con Argelia. Además, por las casualidades de la vida, una pareja de amigos muy cercanos se trasladó por motivos laborales y ya he ido a visitarles en varias ocasiones, por lo que pasé de “enviar” gente a formarse a ser yo la que iba, esta vez, de turismo.

Como decía, Pau es una de las capitales históricas de Francia y sus calles y plazas pueden contar mucha historia, así que vamos a hacer una pequeña introducción.

Brevísima historia de Pau

Pau fue fundada en la Edad Media con el objetivo de controlar el paso río hoy conocido como Gave de Pau.

Se convirtió en capital del Reino de Navarra cuando el rey y la corte huyen de Pamplona tras la conquista de la zona sur del Reino por parte de Fernando el Católico en 1512. En 1560, la reina Juana III de Navarra se convirtió al calvinismo, siendo ésta la religión oficial del Reino, lo que colocó a Pau en primera fila de las guerras de religión entre católicos y hugonotes (calvinistas).

Por el centro histórico de Pau

Tras un siglo de cambio de monarcas, en el que el hijo de Juana III llegó a ser rey de Francia (Enrique IV, el primero de la casa Borbón y que pronunció la famosa frase de París bien vale una misa), Pau se subleva y es ocupada por el ejército de Luis XIII, uniendo de esta manera el Reino de Navarra a la Corona Francesa. Desde este momento, toda la región se estancó, sumiéndose en un retraso económico y cultural.

Cuando en 1808 Napoleón pasa por Pau, la califica como mediocre, aunque indica que lo mejor es la vista desde los Pirineos, dando orden de abrir la Place Bonaparte hacia las montaña, siendo éste el primer paso del embellecimiento de la ciudad.

En el siglo XIX se registra un incremento del turismo, que se ve atraído por las propiedades beneficiosas del clima, lo que conlleva la inauguración de hoteles de lujo y del primer campo de golf de Europa. Posteriormente, llega el tren que tiene como destino la cercana Lourdes y se instala la primera escuela de aviación del mundo.

Esta prosperidad se ve cimentada cuando, en 1950, se halla un yacimiento de gas, suponiendo que la petrolera Elf se establezca en la zona.

En la actualidad, Pau es capital del departamento de Pirineos Atlánticos, perteneciente, desde 2016, a la región de Nueva Aquitania, y tiene una población en el total del área urbana de algo más de 240.000 habitantes.

La plaza Royal de Pau, rodeada de edificios neoclásicos

Conviene aclarar que el Béarn es una región histórica francesa, ubicada a los pies de los Pirineos y en el actual departamento de Pirineos Atlánticos. Fue capaz de mantener la independencia durante siglos, siendo los fueros de Béarn la legislación escrita más antigua de Francia.

La economía de la región siempre ha dependido de la agricultura, sin embargo, en la actualidad, industria de alta tecnología se ha establecido en la zona.

Como curiosidad, aunque el idioma oficial es el francés, se hacen esfuerzos para que el bearnés, variante del occitano, no desaparezca y, en algunos municipios, la lengua mayoritaria es el euskera.

Recorriendo Pau en un día

Pau es una población pequeña y el centro histórico se puede recorrer en un día a pie sin ningún tipo de problemas. En la parte superior están ubicados el castillo y el casco histórico, mientras que, en la inferior, se ubica la ciudad más moderna. Ambas están conectadas por un funicular que se inauguró en 1908.

El principal punto de interés es el castillo. De origen medieval, ha sido fortaleza, castillo fortificado y residencia real, además de ser el lugar de nacimiento de Enrique IV en 1553. En la actualidad es el Museo Nacional de Pau y se exhiben tapices y mobiliario de la época, así como distintas obras de arte. Lo que es un gustazo es pasearse por los jardines renacentistas exteriores, desde se tiene muy buena perspectiva del edificio.

La decoración de la entrada al castillo de Pau

Para más información del castillo de Pau, os comparto la web oficial.

El castillo se ubica en el Barrio del Castillo, uno de los tres barrios históricos, junto con el de Hédas y el de la Moneda. El barrio es peatonal y como mejor se disfruta es paseando tranquilamente, fijándose en las casas típicas de entramado de madera y de contraventanas pintadas de colores claros que me recordaron a las de Occitania. En el Barrio del Castillo también podemos visitar el Parlamento de Navarra, un antiguo tribunal de justifica fundado en 1620 por Luis XIII.

No muy lejos se encuentra la iglesia de San Martín, del siglo XIX, en la que el exterior austero confronta con las vidrieras, que recuerdan la vida de San Martín, así como con las pinturas o elementos de decoración bizantinos del interior. Cerca de aquí, podemos ver el monumento a los caídos en las dos guerras mundiales.

La iglesia de San Martín, en el centro de Pau

Pero, sobre todo, detrás de la iglesia de San Martín, descubrimos uno de los principales puntos de interés de Pau: el boulevard de los Pirineos. La avenida más emblemática, en la que, en un lado, tenemos edificios de estilo neoclásico bastante llamativos y, por el otro, unas vistas increíbles a los Pirineos, con la cumple de Midi d’Ossau como protagonista. Imposible no quedarse con la boca abierta. No en vano, el poeta Alphonse de Lamartine sentenció que «Pau es la más hermosa vista desde tierra como Nápoles es la más hermosa vista de mar».

El boulevard mide 2km de lago y une el Castillo con el Palacio Beaumont. Por el camino, iremos pasando por delante de distintos edificios y plazas, como la Royale, donde se ubica el Hôtel de Ville o ayuntamiento.

Los Pirineos desde el boulevard de los Pirineos, en Pau

Tras recorrer todo el boulevard, llegamos al Palacio de Beaumont, hoy Palacio de Congresos. Se estilo neoclásico, construido en 1899, mantiene el casino que se proyectó según los cánones de la belle époque.

Otros puntos de interés de Pau

Como amante del arte, no me podía perder la iglesia Saint Jacques. Tan grande que resulta imponente, con unas vidrieras y frescos que merecen la pena, así como un órgano de tubos impresionante. Paso obligado para los peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela.

Justo al lado, en la plaza de la Liberación, se ubica el Palacio de Justicia y, desde aquí, a través de un callejón semi oculto, volvemos al casco antiguo, al barrio de Hédas.

La plaza Clemenceau es una de las más animadas, llena de comercios, bares y restaurantes y es donde se monta en invierno el mercado de Navidad. Llama la atención el edificio art Déco en el que estaban las míticas Galerías Lafayette: aunque mantiene el cartel, las galerías cerraron en 2016 por un incendio y no han reabierto.

En la plaza de la Liberación de Pau podemos ver el Palacio de Justicia y el Monumento a los Caídos por la Patria de los Bajos Pirineos

Para los que nos gustan los museos, me gustaría recomendar el Museo Bernadotte, sobre la figura de este general de Napoléon que terminó como rey de Suecia y Noruega, además de ver mobiliario y arte de la época, así como la disposición del palacio; y el Museo de Bellas Artes de Pau, uno de los más importantes de Aquitania y con obras de grandes artistas como Zurbarán, Luca Giordano, Rubens o Degas.

Para más información sobre estos dos museos, comparto la web oficial.

Recorriendo el Béarn de pueblo en pueblo

Gracias a mis anfitriones en Pau, las veces que he ido siempre hemos cogido el coche para conocer los alrededores. Y eso que los pobres iban llevando a todos los que les visitábamos a los mismos sitios, esta última vez que he ido, me han confesado que no han vuelto a ninguno de estos pueblos porque ¡terminaron hartos!

Para visitar el Béarn, lo mejor es hacerlo en coche porque se visitan pueblos pequeños que no están conectados en tren y en autobús puede ser toda una aventura. Además, otro aspecto que hay que tener en cuenta es que, si es domingo, es probable que la mayoría de restaurantes o bares estén cerrados, por lo que es buena idea llamar antes para comprobarlo o llevar tu propia comida, como nos tocó hacer en mi primera visita. Eso sí, el sabor de unos bocadillos sentados en un banco al sol es insuperable.

Nuestro recorrido comenzó en el pequeño pueblo de Castet, a unos 30km al sur de Pau. Un lugar muy tranquilo, con unas vistas excepcionales a los Pirineos, en el valle de Ossau. Destaca la iglesia de San Policarpo (la primera vez que escucho una iglesia dedicada a este santo, por cierto), del siglo XI, en un promontorio, desde el cual, se ve todo el pueblo. En 2001, se llevaron a cabo tareas de restauración, pudiendo recuperar los frescos del interior.

El pequeño pueblo de Castet, en el que destaca la iglesia de San Policarpo, en Béarn

Detrás, el minúsculo cementerio por el que estuvimos dando una vuelta, observando las lápidas, en silencio. Se puede ver también la antigua abadía y la torre medieval.

Nos seguimos desplazando hacia el sur, hasta Béost, a unos 10km de distancia de Castet. Lo curioso de Béost son las inscripciones y distintos elementos decorativos en los dinteles de las casas y que pueden ser motivos florales, religiosos, profesionales o políticos. Béost es una etapa del Camino de Santiago, quedando un castillo del siglo XII y una iglesia.

A tan solo 4 minutos en coche, llegamos a Laruns. Con casi 1200 habitantes, es la localidad más grande del valle de Ossau y, como curiosidad, en términos de superficie, es la tercera comuna más grande de la Francia metropolitana.

El pueblo está formado por casas antiguas, decoradas con motivos religiosos, principalmente, conchas de vieiras, o profesionales. En la principal plaza de Laruns, se encuentra la iglesia de San Pedro, que alberga en su interior una pila bautismal de mármol blanco del siglo XVI.

Iglesia de San Pedro en Laruns, Béarn

Laruns está en un entorno natural precioso y, gracias a sus aguas termales, se construyeron balnearios en el siglo XIX y, ya en el siglo XX, estaciones de esquí, atrayendo a un gran número de turistas.

Estos son los tres sitios que visité en mi primera escapada a Pau, en la segunda, cambiamos de escenario, aunque el encanto permanecía.

Esta vez, nos dirigimos primeros hacia Sauveterre-de-Béarn, a unos 75km al Oeste de Pau. Para mí, uno de los pueblos más bonitos de la zona, con unas murallas y un puente que aún se conservan y que resultan muy fotogénicos.

Sin ninguna duda, Sauveterre es un pueblo medieval, en el que te sientes como en mitad de un cuento. Construida por los condes de Béarn, fue una de las ciudades más importantes de la región y, en la actualidad, viven en torno a las 1400 personas.

Se puede visitar la iglesia románico- gótica de San Andrés, de los siglos XII y XIII; la torre de Montreal, construida en un saliente rocoso, importante para la defensa de la villa y que hoy funciona como museo dedicado al patrimonio y a la historia de Béarn.

Una de las imágenes más icónicas de Sauveterre-de-Béarn es la del punte de la leyenda

Sin embargo, el elemento más importante de Sauveterre es el conocido como puente de la leyenda, declarado monumento histórico de Francia en 1886. Antigua puerta de entrada a la ciudad medieval, sólo se conserva un arco que sostiene una puerta fortificada del sigo XII, ya que el resto fue arrasado por una inundación.

Según la leyenda, en el 1170, la noble Sancha, viuda del vizconde Gaston V de Béarn, fue acusada de haber matado a su hijo recién nacido. Su hermano, el rey Sancho VI de Navarra, decidió que sólo el agua podría declarar si era inocente o culpable, por lo que la condenó a ser arrojada desde el puente, atada de pies y manos. Milagrosamente, no sólo no se ahogó, sino que la corriente del río Oloron la transportó hasta una pequeña playa.

Locuras y decisiones poco comprensibles aparte, merece la pena callejear por Sauveterre, entre puertas medievales, arcos, fuentes y casas fortificadas.

A 10 minutos en coche hacia el Norte, nos dirigimos a nuestra siguiente parada: Salies-de-Béarn. Como Sauveterre, Salies es un pueblo medieval, de una gran belleza y que debe su riqueza a la sal. Está alimentada por una fuente de agua salada y, aprovechando esta circunstancia, en 1815 se inauguraron unas termas a las que acudieron celebridades como Marcel Proust, Scott Fitzgerald o la familia Eiffel. Y, por si esto no fuese poco, con la sal de Salies se cura el famoso jamón de Bayona.

Salies- de- Béarn uno de los pueblos más bonitos de la zona

Por si necesitas más motivos para ir, te diré que pasear entre sus calles y casas es una delicia y se respira tranquilidad y, como cuando estuve, hacía buen tiempo, aprovechamos para sentarnos en una terraza a ver la vida pasar, que de vez en cuando es muy necesario.

En la plaza del Bayaà encontramos el ayuntamiento y la fuente de agua salada que es el origen del pueblo. Merece la pena acercarse al puente Lalune, desde donde se tienen una vistas geniales del río canalizado, que atraviesa por mitad de Salies. La iglesia de San Vicente tiene aspecto de fortaleza y cuya torre se ve desde cualquier punto de la villa.

La última parada en nuestro recorrido por el Béarn fue al circo de Lescun. Un circo es un recinto natural de paredes abruptas y de forma circular o semicircular, formado por una depresión que puede ser glaciar o volcánica o, incluso, por erosión kárstica.

Lescun es uno de los parajes naturales más bellos que me he conocido. Las cimas que lo rodean superan los 2000m, y, sin ninguna duda, para los amantes de deportes de montaña tiene que ser un imprescindible. Entre glaciares, picos de piedra caliza, valles y arroyos se ubica el diminuto y bonito pueblo de Lescun.

El impresionante circo de Lescun, en los Pirineos franceses, sobre el diminuto pueblo de Lescun

La iglesia de Santa Eulalia, data de la segunda mitad del siglo XVI y tiene todo el aspecto de las casas típicas de montaña: hecha en piedra, con un tejado muy puntiagudo de pizarra y con aire austero.

El pueblo es diminuto, de casas de piedra, calles estrechas y en cuesta, fuentes y el antiguo lavadero. Las vistas desde aquí son impresionantes, aunque la vida no tiene que ser nada fácil…

En la última visita que he hecho a Pau no hemos tenido tiempo de ver más lugares de la región, ya que empezamos nuestra ruta en Hondarribia, con sesión de pintxos, tranquilidad y charleta y, ya en Pau, por logística familiar y tiempo invernal, nos quedamos sin algunos de los planes, no obstante, sí que pudimos acercarnos al pequeño pueblo de Arzacq, en el que hay un restaurante familiar que abre los domingos en el que sirven garbure, una sopa típica de col y otras verduras.

El encanto dominical e invernal de Arzacq, en Béarn

Soy consciente de que me quedan muchos sitios de interés por visitar en la región del Béarn, como Oloron- Sainte- Marie, Navarrenx, Orthez, los viñedos de Jurançon o Gurs, un campo de concentración para exiliados españoles, pero, teniendo unos amigos que viven en Pau, ¿quién ha dicho que no voy a volver más veces? Eso sí, la próxima, que sea con buen tiempo, que los días son más largos, la nieve no nos trastoca los planes y ¡podemos aprovechar el jardín!

Para una mayor información, os comparto las páginas web oficiales de turismo de Pau, de Béarn- Pays Vasque y de Nueva Aquitania.

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