Hace unas semanas, mientras que narraba mis peripecias por el Norte de Europa, conté que en Helsinki tuvimos que comer en un buffet libre de comida china. Ver para creer.
Os hago un breve resumen introductorio. Desde el puerto, cogimos un ferry hasta la fortaleza de la isla Suomelinna. Habíamos leído que es un destino muy conocido por los locales para pasar el día en verano y que, en la plaza del Mercado, se puede comprar todo lo necesario para hacer un picnic. Ya nos imaginábamos un soleado día sentadas en el césped, comiendo unos bocadillos y bebiendo directamente de la lata. No se puede negar que la escena sea bucólica. Lo era tanto, que la lluvia decidió apuntarse a nuestro plan. Estábamos a unos 13º, con el cielo totalmente encapotado y sin parar de llover.

En la plaza del mercado había montados dos o tres puestos y, desde luego, la idea del picnic estaba más que descartada. Aún así, fuimos a la isla, recorrimos la fortaleza, vimos los pequeños talleres artesanos que hay, algún pequeño museo, tomamos algo caliente y volvimos a tierra firme.
Problema: bajamos del barco tarde. Tarde para los horarios finlandeses, no para los nuestros, es decir, un rato antes de las 2 de la tarde. Inciso: soy perfectamente consciente de que los horarios de comida españoles sólo se tienen en España y, cuando viajo al extranjero, me amoldo a la vida local, aunque no siempre es posible, debido a excursiones o imprevistos.
Dicho esto, estamos en la plaza del Mercado, sin comer y con hambre y sin saber qué hacer. Sujetando el paraguas, consultamos la guía buscando lugares cercanos y que no sean excesivamente caros. Encontramos una sugerencia a pocos metros, un restaurante gestionado por una organización histórica de mujeres que se presenta como una de las mejores opciones para el almuerzo. Sin perder más tiempo nos ponemos en camino. Lo encontramos rápido y, al intentar entrar, nos quedamos en la puerta. ¡Estaba cerrado! Eran las 2 en punto de la tarde y ya habían cerrado. El horario de comidas ya había acabado y regresaban en la cena.

Ahora sí que tenemos un problema, a parte de hambre, claro. Es fácil suponer que, si un local ya está cerrado a esa hora, los demás también lo están. Además, por aquella época, no había roaming, por lo que se viajaba sin datos en el móvil, así que, buscar uno, tampoco era una opción. Nos quedaba buscar un McDonalds… Pero, de repente, pasamos por la puerta de un buffet libre de comida china y ¡estaba abierto! De hecho, no cerraban, estábamos salvadas.
Creo que nunca me ha sabido mejor el arroz tres delicias y el rollito de primavera y, os puedo asegurar que no era la única ya que el buffet ¡estaba lleno de turistas!
Como no tengo fotos de esa comida, ilustro la entrada con algunas fotos de Helsinki que, si con lluvia es bonita, con sol lo tiene que ser mucho más.

PD. A la hora de la cena, que también es muy temprana, nos dimos bastante más prisa.
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